Comentario al Libro del Apocalipsis

Comentario al Libro del Apocalipsis
ISBN: 9788482676654

Autor:Mounce, Robert H.
17,99 $

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El Dr. Mounce ha reflexionado larga y hondamente respecto a los problemas del Apocalipsis, y sus conclusiones merecen una cuidadosa consideración. Para él, el espectador de la visión es el apóstol Juan. Evidentemente, la legitimidad de la autoridad con que habla el vidente está fuera de cualquier duda. Escribe como un profeta, alguien que, igual que los grandes profetas del Antiguo Testamento, ha sido admitido en el Concilio Celestial, donde ha visto cosas que ningún profeta anterior había visto. Si a su libro se le llama «la revelación de Jesucristo, que Dios le dio» es porque Juan vio realmente a Dios entregando la revelación, consignada en el rollo de los siete sellos, al Mesías que por medio de su sumisión a una muerte violenta consiguió la Victoria de todos los tiempos. El desenlace que Juan ve desvelarse ante sus ojos se sitúa en el fin de los tiempos, pero desde su perspectiva se trata de un periodo inminente. El regreso por parte del Cordero desde el lugar de su sacrificio a la gloria celestial y su entronización junto al Padre han inaugurado este proceso; su plena consumación no tardará mucho.

El mensaje del Apocalipsis estaba bien calculado para infundir ánimo y resolución a los cristianos abrumados bajo los abusos del Imperio Romano. Su Salvador había sido investido como Señor de la Historia, y el destino del mundo estaba en sus manos firmemente asegurado. Igual que él había vencido, se les anima también a ellos a vencer en la conflagración «por la sangre del Cordero y la palabra de su testimonio» Puesto que el futuro pertenecía a su Señor, era también de ellos, puesto que estaban de su parte: «nuestro Cordero ha vencido; sigámosle» Con muy pocas modificaciones, este mismo mensaje dirige una palabra de ánimo a todos aquellos que en cualquier momento de la Historia hayan sufrido o estén sufriendo por su fe.

Como en todas las anteriores ediciones de esta serie de comentarios, el texto inglés que sirve de base es el de la American Standard Version de 1901. A pesar de sus arcaísmos, esta versión con su traducción extraordinariamente literal (que sin duda la hace inadecuada para otros muchos propósitos) es admirablemente apta para servir como base de un comentario que se esfuerza en prestar minuciosa atención a los detalles del texto.
Información adicional

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  • Páginas 566
  • Autor Mounce, Robert H.
  • Formato ePub con DRM
  • Fecha edición 01-09-2007
  • Idioma Español
  • Editorial Editorial Clie
Descripción

Detalles

El Dr. Mounce ha reflexionado larga y hondamente respecto a los problemas del Apocalipsis, y sus conclusiones merecen una cuidadosa consideración. Para él, el espectador de la visión es el apóstol Juan. Evidentemente, la legitimidad de la autoridad con que habla el vidente está fuera de cualquier duda. Escribe como un profeta, alguien que, igual que los grandes profetas del Antiguo Testamento, ha sido admitido en el Concilio Celestial, donde ha visto cosas que ningún profeta anterior había visto. Si a su libro se le llama «la revelación de Jesucristo, que Dios le dio» es porque Juan vio realmente a Dios entregando la revelación, consignada en el rollo de los siete sellos, al Mesías que por medio de su sumisión a una muerte violenta consiguió la Victoria de todos los tiempos. El desenlace que Juan ve desvelarse ante sus ojos se sitúa en el fin de los tiempos, pero desde su perspectiva se trata de un periodo inminente. El regreso por parte del Cordero desde el lugar de su sacrificio a la gloria celestial y su entronización junto al Padre han inaugurado este proceso; su plena consumación no tardará mucho. El mensaje del Apocalipsis estaba bien calculado para infundir ánimo y resolución a los cristianos abrumados bajo los abusos del Imperio Romano. Su Salvador había sido investido como Señor de la Historia, y el destino del mundo estaba en sus manos firmemente asegurado. Igual que él había vencido, se les anima también a ellos a vencer en la conflagración «por la sangre del Cordero y la palabra de su testimonio» Puesto que el futuro pertenecía a su Señor, era también de ellos, puesto que estaban de su parte: «nuestro Cordero ha vencido; sigámosle» Con muy pocas modificaciones, este mismo mensaje dirige una palabra de ánimo a todos aquellos que en cualquier momento de la Historia hayan sufrido o estén sufriendo por su fe. Como en todas las anteriores ediciones de esta serie de comentarios, el texto inglés que sirve de base es el de la American Standard Version de 1901. A pesar de sus arcaísmos, esta versión con su traducción extraordinariamente literal (que sin duda la hace inadecuada para otros muchos propósitos) es admirablemente apta para servir como base de un comentario que se esfuerza en prestar minuciosa atención a los detalles del texto.
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